¿Qué es la terapia cognitivo conductal, cómo funciona y que beneficios tiene? Todo lo que necesitas saber.

Antes de centrarnos en la terapia cognitivo conductual (TCC), cabe destacar que, tal y como es conocido por muchos, dentro de la psicología existen diferentes orientaciones o perspectivas. Así pues, a lo largo de la historia, se han ido desarrollando diversos métodos psicológicos basados en distintos principios básicos, con el objetivo de poder explicar la conducta humana. 

Gracias al método científico, se obtienen resultados cuantitativos, de forma tal, que se permite establecer relación entre mente y cuerpo. Consecuentemente, nacen perspectivas como la cognitivo conductual, basadas en un gran número de estudios científicos, demostrando, así, su efectividad ante una gran variedad de trastornos.


¿Qué es la terapia cognitivo conductual?

La terapia cognitivo conductual es una orientación psicológica, que esta basada en la relación entre el pensamiento y la conducta. De manera análoga, este modelo acepta la idea de que las conductas son aprendidas gracias a la formación de relaciones de significado personales, esquemas cognitivos o reglas. Del mismo modo, los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están interrelacionados. Por consiguiente, un cambio en uno de ellos hará variar a los dos restantes. 

Así pues, la psicoterapia cognitivo conductual busca identificar cuáles son los pensamientos o ideas poco adaptativas (distorsiones cognitivas), para poder substituirlos o modificarlos por otros que permitan al paciente desenvolverse en su cotidianidad de una forma más saludable.

¿Cuál es el objetivo de las TCC?

El objetivo principal de un terapeuta cognitivo conductual, es el de identificar los pensamientos erróneos del paciente que, a su vez, le generan malestar emocional, para reformularlos por otros, ofreciendo, de esta forma, un punto de vista más adaptativo para él.

Diana

¿Cómo se aplica la terapia cognitivo conductual?

La TCC se lleva a cabo a través de diferentes técnicas basadas en la literatura científica. Algunas de estas técnicas son la reestructuración cognitiva, las técnicas de relajación y las técnicas afrontamiento y de exposición, entre otras.

  • Reestructuración cognitiva: es una esta técnica cognitiva, tiene como objetivo modificar la interpretación subjetiva y poco adaptativa del paciente, a través de la modelación y la práctica de hábitos cognitivos nuevos.
  • Técnicas de relajación: como su nombre indica, estas técnicas tienen como principal objetivo disminuir la ansiedad.
  • Estrategias de afrontamiento: esta estrategia busca dotar al paciente de recursos para hacer frente a situaciones problemáticas o generadoras de estrés.  
  • Técnicas de exposición: en este caso, se busca disminuir la ansiedad padecida por el paciente ante un estímulo estresor. Un ejemplo de ello, podría ser el tratamiento ante la persona que tiene pánico a los perros.

Por otro lado, se pueden identificar diferentes fases en el tratamiento cognitivo conductual. En primer lugar, se identifican cuáles son los escenarios problemáticos del paciente. Asimismo, se podría tratar de situaciones tales como una separación, problemas de conducta o dificultad para relacionarse, de entre una gran variedad. Seguidamente, se analiza el diálogo interno. Para ello, se presta especial atención a cómo se interpretan las situaciones, a las otras personas y a uno mismo. De igual forma que existirán pensamientos saludables en el diálogo del paciente, es posible que existan ideas subjetivas con poco fundamento. En este punto, es donde se identifican las distorsiones cognitivas y se analizan, con el objetivo de reinterpretarlas desde otro punto de vista más objetivo. Finalmente, el psicólogo ayuda al paciente a reformular las situaciones en base a hechos concretos.

¿Cuánto duran las terapias cognitivo conductuales?

La terapia basada en la psicología cognitiva conductual no tiene una duración exacta, ya que existen diversas variables que pueden afectar el desarrollo terapéutico.  Entre estas variables encontramos la gravedad de la situación y del trastorno y las capacidades de cada paciente. 

Aún así, se puede considerar una terapia de corto plazo, ya que se centra en obtener unos resultados bien definidos. Asimismo, la metodología tiene 4 fases claramente diferenciadas. Cabe destacar, que existen programas terapéuticos para cada uno de los trastornos que pueden expresar una duración a modo de guía (entre 10 y 30 sesiones, según los objetivos de cada paciente). Sin embargo, no se deberían coger al pie de la letra, puesto que como se ha explicado, depende mucho de las variables de cada caso. Algunas de las variables que entran en juego para determinar la duración del tratamiento son:

  • El tipo de trastorno y su gravedad.
  • Los factores de riesgo y protectores que envuelven el contexto del paciente.
  • El tiempo que el paciente ha convivido con el problema.
  • La facultad del paciente para adaptarse a los nuevos hábitos y pautas.

¿Qué problemas trata la terapia cognitivo conductual?

Existen un gran número de estudios, que dan respuesta a la efectividad de la técnica cognitivo conductual, ante una gran variedad de trastornos. Asimismo, la técnica cognitivo conductual ayuda a dar respuesta a un gran número de trastornos, obteniendo un buen pronóstico en cada uno de ellos. Entre estos trastornos se encuentran:

  • Trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
  • Depresión mayor o distimia (DM).
  • Trastorno por estrés post traumático (TEPT).
  • Fobia social (FS) o específica (FE).
  • Trastorno dismórfico corporal (FDC).
  • Problemas de pareja.
  • Trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
  • Duelo.
  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
  • Entre otros…

Beneficios de la terapia cognitivo conductual

Entre los beneficios de esta perspectiva podemos encontrar el que debería ser el más importante para cualquier tipo de terapia, que es el de lograr una adaptación al entorno de una forma más saludable. Así pues, el paciente obtiene la capacidad de análisis para valorar correctamente sus pensamientos y creencias. Por otro lado, también obtiene la facultad de reestructurar ideas desadaptativas, en el caso de que inicialmente no haya sido así.